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Carta del Rector: Financiamiento estudiantil


Para el rector, la propuesta del Sistema de Financiamiento Solidario (SIFS) debe proponer una mirada global del sistema de financiamiento estudiantil, orientado a mejorar el acceso de los estudiantes, a potenciar la calidad de las instituciones y a asegurar un financiamiento sustentable en el tiempo. “Esto -dice- se logrará solo si el proyecto se aborda de manera conjunta con la política de gratuidad y con la voluntad de todos los actores de avanzar en propuestas comunes.

Estudiantes en sala de clases, en el marco del financiamiento estudiantil de la educación superior.

El financiamiento estudiantil de la educación superior es un tema muy relevante. Acerca de ello escribe una carta en La Segunda el rector Ignacio Sánchez. “Es crucial la relación entre la política pública de gratuidad para los sectores más vulnerables y el sistema de créditos de los estudiantes que no acceden a la gratuidad”, apunta la autoridad.

El proyecto de Sistema de Financiamiento Solidario (SIFS) ha sido propuesto para ampliar la cobertura y permitir un desarrollo sustentable del sistema. Dice que el proyecto presenta varias características positivas que se resumen en ser administrado por una sociedad estatal; estar destinado a estudiantes que pertenezcan a instituciones acreditadas, de los primeros nueve deciles de ingreso, que demuestren requisitos académicos mínimos, con tasa de interés de 2% anual, pago posterior al egreso, contingente al ingreso y por un plazo máximo de 15 años.

Luego de meses de discusión parlamentaria del SIFS, el Mineduc ha planteado cambios para mejorar su implementación, lograr así una mayor complementariedad con la gratuidad y disminuir las exigencias a las instituciones que podían llegar a afectar su desarrollo. Según el rector, esto va a permitir equiparar el beneficio con el de gratuidad, resguardando el aporte de las instituciones. Los cambios propuestos van en la dirección correcta, ya que hay que avanzar hacia subsistemas de educación superior que dialoguen entre las instituciones adscritas a la gratuidad, -sujetas a exigentes condiciones de regulación y rendiciones de fondos-, y las instituciones que no están en gratuidad que contarán con un sistema de financiamiento que no especifica restricciones al crecimiento de la matrícula. Así, agrega, el diseño del SIFS debe tener en cuenta la política de gratuidad, las becas existentes y la experiencia del fondo solidario.

Para Ignacio Sánchez, los desafíos del financiamiento estudiantil consisten en realizar un análisis conjunto del estado de la política de gratuidad y sus falencias detectadas; poder determinar con mayor certeza el arancel regulado de las carreras; abordar el financiamiento del retraso de los estudiantes en la progresión de sus carreras; evaluar la interacción de la gratuidad con el SIFS; abordar la situación de los estudiantes morosos; de los que han desertado; entre otros. “La propuesta de nuevo crédito SIFS debe proponer una mirada global del sistema de financiamiento estudiantil, orientado a mejorar el acceso de los estudiantes, a potenciar la calidad de las instituciones y a asegurar un financiamiento sustentable en el tiempo”, dice. Y agrega: “Esto se logrará solo si el proyecto se aborda de manera conjunta con la política de gratuidad y con la voluntad de todos los actores de avanzar en propuestas comunes”.


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